En el método Montessori, se hace especial hincapié en fomentar la independencia de los niños: muebles bajos, lavabos, todos los materiales están disponibles a su altura. Esto también muestra respeto por el niño pequeño y sus necesidades. 

Es necesaria una cama casita para que el niño pueda acostarse en ella y levantarse al despertar, sin ayuda. Desde los primeros meses en el método Montessori, el niño debe poder moverse y tener espacio para ello. En una cama casita, no se sentirá como en cautiverio. 

El bebé tendrá la oportunidad de considerar todo el espacio que lo rodea, explorar y desarrollarse. Habiendo aprendido a gatear, él mismo se arrastrará fuera de su cama casita para familiarizarse más con el mundo que lo rodea. 

Esta oportunidad es muy estimulante para que los bebés aprendan a gatear, lo cual es sumamente importante para su crecimiento armonioso. Una cama casita es, en realidad, una opción más segura que una cama de madera alta. 

El niño no se caerá, no saldrá rodando desde una gran altura, cuando aprenda a salir por los lados de la cama. Esto sucede mucho desde una cama de adulto o un sofá, cuando los padres ponen al bebé a tumbarse, pensando que todavía no sabe darse la vuelta correctamente. 

Para evitar tal caso, se coloca una manta suave o una colcha alrededor de la cama casita en el suelo, se colocan almohadas o una alfombra pequeña debajo. Muchos padres están preocupados por la apariencia estética de un lugar para dormir de este tipo para un niño.

Parece que la cama parece infringir sus derechos, que es antihigiénica e inconveniente. Pero aquellos padres que siguieron los principios Montessori muestran claramente que esto no es así.Las camas casita brindan un espacio real para la creatividad del diseño, y los más pequeños ciertamente apreciarán la libertad que tendrán con una cuna de este tipo.

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